Los vecinos del barrio de Bengoetxe, en Galdakao, no han tenido su mejor verano. Hace aproximadamente dos meses un hombre se instaló en uno de los pabellones abandonados de la calle Puente Mercadillo. Tras varias quejas y denuncias en la comisaría de Basauri interpuestas por los residentes de los números 1 y 3 de la calle Sixta Barrenetxea por causar molestias en la vía pública, en la tarde del martes esta persona «pasó todos los límites y es peligroso», explican los afectados. El individuo salió a la calle profiriendo amenazas de muerte contra los viandantes y, con un cuchillo «de grandes dimensiones» en la mano. Se aproximó a Ander y Aritz, dos jóvenes «hartos de que nadie haga nada y de que no deje de llegar gentuza a nuestro barrio, que siempre ha sido un sitio muy tranquilo. Cuando vino hacia nosotros con el cuchillo que medía unos veinte centímetros, nos asustamos bastante porque no sabíamos cómo iba a reaccionar». Entre los gritos de miedo de los vecinos al comprobar que el sujeto iba armado, no lo dudaron y llamaron a la policía. «Momento que él aprovechó para marcharse y esconder las cosas en los siete minutos que tardó en llegar la Ertzaintza», relatan quienes estaban presentes, aún con el susto en el cuerpo. Un grupo de ocho personas realizó una batida por el entorno y dieron con el arma, que entregaron a las autoridades. «Vimos cómo se levantaba la camiseta y sacaba el cuchillo del pantalón», dicen Irene e Igor, que presenciaron la escena desde su ventana. No es el primer episodio que este hombre protagoniza en el enclave galdakaotarra y que pone en alerta a los que viven cerca. Hace quince días los vecinos llamaron a la policía porque «se había puesto a dar gritos y golpear los coches a las dos de la mañana». Asimismo, en la vuelta ciclista a España a su paso por Galdakao el 24 de agosto, «increpó e insultó a los corredores y amenazaba con cortarles el cuello». Lo ocurrido esta semana «ha colmado el vaso y la siguiente vez puede que todo acabe peor», lamentan y aseguran que «vivimos en un sitio privilegiado, estamos muy unidos y queremos vivir tranquilos. Las cosas aquí tienen que cambiar», concluyen. Ver noticia original de elcorreo.com -> AQUÍ

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