![]() Ventanas arrancadas en uno de los bloques repletos de okupas en la avenida Germanías de Carcaixent. / Perales Iborra
|
La agresión de un okupa a un vecino del mismo bloque en Carcaixent ha puesto el foco en la okupación de viviendas en esta localidad. La víctima, que sufrió una fractura de la mandíbula y una perforación de un tímpano (con lo que ha perdido el 50 % de audición en ese oído), ha querido denunciar públicamente el problema al que se enfrentan los inquilinos y los propietarios de estas fincas de la avenida Germanías, junto a una zona de parques y colegios. Se trata de una manzana entera de cuatro edificios que se promocionaban como pisos de lujo pero que pasaron a ser propiedad de la Sareb tras la crisis inmobiliaria de 2008. De las 48 viviendas que hay en total, 28 están okupadas ilegalmente, es decir, el 58,3 %. Los dos bloques que quedan en las esquinas están okupados casi en su totalidad y los residentes legales de las dos fincas de en medio han tomado medidas para evitar que la okupación se propague a sus escaleras: «Han cambiado la cerradura, han puesto rejas, cámaras...», detalla la alcaldesa de Carcaixent, Carolina Almiñana. La edil afirma que estos residentes han acudido al ayuntamiento para pedir ayuda: «Los están amenazando de muerte. Frenaron el intento de okupación de una vivienda y, como consecuencia, los amenazaron de muerte, incluso a una madre y a sus hijos menores de edad», explica. «Un problema de salud» La alcaldesa expone que los bloques okupados son «un problema ya no solo de convivencia, sino de salud: hay suciedad y animales sueltos por allí». Vicent Ferrando, el vecino que fue agredido por uno de los okupas el pasado 15 de mayo, coincide: «Cuando les cortan los enganches de luz o agua es peor. Si van a quedarse igualmente, casi que prefiero que no les corten los suministros porque, si no, viven en condiciones insalubres y nos afecta a los demás». «Si viene la empresa de limpieza a limpiar la escalera, al día siguiente vuelve a estar sucia. Destrozan elementos comunes como el ascensor o la puerta de la calle y dejan mucha suciedad en la escalera, y esto genera derramas de comunidad que tengo que pagar», añade Ferrando. Desde la calle, se aprecian ventanas rotas cubiertas con sábanas y telas, el cristal de la puerta de entrada roto y cables que cruzan de una ventana a otra. «Yo fui al edificio personalmente porque allí hay personas vulnerables. Hay una persona con movilidad reducida en silla de ruedas y otra con problemas en la cadera que no pueden bajar a la calle porque los okupas roban las piezas del ascensor», relata Almiñana. Por otra parte, hay algunos residentes con bonos de alquiler social, «que también se ven perjudicados por la situación, son personas vulnerables», explica la alcaldesa. «Hay algunos okupas que 'realquilan' estas viviendas, es decir, que rompen las puertas para entrar y meten a personas sin recursos que no tienen otra opción que pagarles a ellos 1.500 euros y vivir ahí hasta que los echen», puntualiza Ferrando. |
Carrer de Pau Claris, 97, 08009 Barcelona (España). © 2005-2025 • Todos los derechos reservados |
Noticias de Okupas, S.L.
© Todas las imágenes, textos, etc. de este periódico digital están protegidas por leyes de derecho de autor internacionales. Su reproducción, sin autorización expresa y por escrito, queda terminantemente prohibida. |