![]() Edificio de la Avenida Germanías de CarcagenteGoogle Maps
|
En la avenida Germanías de Carcagente (Valencia), una serie de bloques de viviendas propiedad de la Sareb -el llamado «banco malo»- se ha convertido en el epicentro de un conflicto creciente por la ocupación ilegal. La situación ha escalado más allá de la okupación y ha dado paso a lo que los vecinos califican como un negocio clandestino de realquiler de viviendas okupadas. Según relatan varios residentes, más de una veintena de pisos han sido tomados sin autorización y posteriormente subarrendados por precios que rondan los 1.500 euros. Estas operaciones se realizan en efectivo, sin contratos ni garantías, y los compradores son, en su mayoría, familias sin otra opción habitacional. «Te dicen: 'tú me das 1.500 euros y tienes casa, luz y agua', claro, suministros de los enganches ilegales», explica Vicent Ferrando a Levante, uno de los afectados. Ferrando vivía en uno de estos bloques hasta que fue brutalmente agredido por un okupa, presuntamente por haber avisado a la empresa eléctrica sobre conexiones fraudulentas en la finca. La paliza le provocó una fractura de mandíbula y la perforación de un tímpano. «Me tuve que ir. No se puede vivir así», sentencia. Un cambio en el perfil del okupa El fenómeno de la okupación en esta zona no es nuevo. Los residentes afirman que comenzó con la pandemia, pero se agravó tras la dana del pasado octubre. El perfil de los okupas también ha cambiado: «Al principio eran personas sin recursos, que no podían pagar un alquiler, pero no daban problemas», recuerda Ferrando al mismo medio. «Ahora revientan las puertas y alquilan pisos que no son suyos». Este matiz es clave. «Los que revientan las casas y luego alquilan propiedades que no son suyas son los que realmente hacen daño», sostiene . La Sareb, por su parte, mantiene la titularidad de los pisos, a la espera de que se resuelva su situación judicial para poder gestionarlos activamente. Una vecina con contrato en regla también muestra su frustración: «Me molesta que, habiendo pagado yo tanto dinero por mi casa, se acabe utilizando el resto del edificio para alquiler social sin control. La Sareb no nos da soluciones». Entre la precariedad y la ilegalidad V.N., uno de los actuales okupas, justifica su situación. «Trabajo de chatarrero y gano 450 euros al mes. No nos llega para pagar un alquiler. Esta es nuestra casa desde hace tres años y no queremos problemas». Asegura que no ha pagado nada por la vivienda: «Me la cedió un chaval que sabía que tenía esclerosis múltiple y otros problemas de salud. Me la dio gratis». La complejidad del problema emerge en estos relatos cruzados. Mientras tanto, el vecindario vive entre la impotencia y el miedo. «Muchos tienen perros grandes para evitar que les entren en casa», apunta Ferrando. |
ULTIMAS NOTICIAS
|
Carrer de Pau Claris, 97, 08009 Barcelona (España). © 2005-2025 • Todos los derechos reservados |
Noticias de Okupas, S.L.
© Todas las imágenes, textos, etc. de este periódico digital están protegidas por leyes de derecho de autor internacionales. Su reproducción, sin autorización expresa y por escrito, queda terminantemente prohibida. |